En el año
2007 la Fundación Deuda Interna obtenía en Inspección de Personas
Jurídicas de la Provincia de Córdoba la resolución que le diera
nacimiento como persona jurídica (sin antes tener que apelar por
medio de un abogado un planteo de dicha jurisdicción estatal sobre
la incompatibilidad del nombre propuesto, con el objeto social de
nuestra ONG).
Han pasado
desde entonces 5 años. Haciendo un balance del camino recorrido
podemos dar cuenta a quienes confiaron en nosotros y a la sociedad
toda, que nuestra institución ha transitado, no exenta de
dificultades, el camino de la coherencia.
Comenzando a
trabajar por los objetivos propuestos sin recursos financieros, hemos
dispuesto durante estos años de un presupuesto promedio de $1000
mensuales para realizar nuestra tarea, cerrando el balance anual del
presente año con una pérdida de $2568 como consta en el informe que se adjunta.
Desde el
punto de vista economicista del mercado hemos sin duda fracasado,
pero consideramos también que ese fracaso forma parte de los tantos
absurdos previsibles.
Queremos
enfocarnos por lo tanto en el saldo positivo de las pérdidas, en los
frutos del esfuerzo realizado muchas veces en situaciones sumamente
adversas y enfrentando tremendas dificultades, no solo de índole
económico.
Sin lugar a
dudas tenemos muchísimos logros por enumerar en las distintas áreas
de Fundación Deuda Interna, por ejemplo en la de Producción
Audiovisual, en la cual se han realizado cerca de diez vídeos
documentales donde todos han obtenido reconocimiento y premios en
festivales internacionales de cine médico y científico.
O en el
ámbito de las políticas antimanicomiales recibiendo por parte del
estado cordobés el Premio Armando Bauleo 2011 a la tarea
desmanicomializadora en Córdoba.
Pero
queríamos destacar tres situaciones, que más que logros son caminos
que hemos ayudado a marcar y profundizar.
Primero el
apoyo a la lucha territorial de las comunidades indígenas de
Argentina desde el momento de la redacción y firma del Primer
Manifiesto Wichí en septiembre de 2009 y del Documento TIERRA
(Tratado Interétnico para la Refundación de la República Argentina
2010, 2011 y 2012).
En los
mismos, nuestra institución ha tenido el grandísimo honor de formar
parte activa de su redacción y firma y tiene el orgullo de seguir el
camino marcado por los Pueblos Originarios de Argentina.
En segundo
lugar, nuestra institución junto a miembros de la comunidad Wichí
de Misión Chaqueña ha dado nacimiento a la “Comisión Nacional de
Investigación del Genocidio para el Resarcimiento Histórico de los
Pueblos Originarios de Argentina” recibiendo la adhesión y
beneplácito de la Universidad Nacional de Córdoba, del Poder
Legislativo de la Provincia de Córdoba, de la Provincia de San Luis,
del Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, y recientemente
de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Junto a esta
institución naciente hemos presentado ya una medida cautelar en la
Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina por la presencia de
Fosas Comunes en el Chaco Salteño y hemos realizado una
investigación sumamente importante y necesaria junto a las
comunidades Wichí que sufrieron el terrorismo de estado tanto en
períodos dictatoriales como democráticos. Hemos elevado además una
demanda en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y lejos de
quedarnos de brazos cruzados aguardando los resultados de dicha
resolución, continuamos investigando y visibilizando este trabajo en
el ámbito de la ciencia por medio de un estudio de psiquiatría
comunitaria titulado “Transmisión transgeneracional del trauma
psicosocial en comunidades indígenas de Argentina”.
En tercer
lugar hemos desarrollado y puesto en marcha el “Hospital
Comunitario Móvil Dr. Salvador Mazza”, www.hospitalmovil.com.ar un proyecto sanitario
intercultural que creemos capás de un cambio de paradigma en la
atención sanitaria pública, traccionando políticas de estado que
contemplen la necesidad de superar la barrera de inaccesibilidad a
los servicios de salud que sufren las comunidades más vulneradas de
nuestra patria.
Necesitamos
la suma de compromisos. Hemos podido dar cuenta que para convencer es
imprescindible antes que nada estar convencidos.
En estos
cinco años podemos decir que hemos perdido dinero, es cierto. Pero
también podemos decir, con absoluta franqueza, que no sólo estamos
orgullosos de haberlo hecho, sino que duplicaremos los esfuerzos
tendientes a profundizar y honrar con lo mejor de nosotros mismos el camino
recorrido.
Emilio Iosa
Presidente de Fundación Deuda Interna
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